Un análisis del suicidio y la violencia de género desde una perspectiva feminista

"La prevalencia de pensamientos suicidas entre las mujeres que han sido víctimas de violencia física o sexual de una pareja es cinco veces superior a la de aquellas mujeres que no la han padecido y que sufrir violencia machista por parte de una pareja o expareja impacta en la salud mental de las mujeres constituyendo un factor precipitante de conductas suicidas, ya que muchas víctimas, atrapadas en la tela de araña de su maltratador, piensan en la muerte como única forma de escapar a su sufrimiento."

Un análisis del suicidio y la violencia de género desde una perspectiva feminista

Hay fechas que más que celebrarse como “DÍAS MUNDIALES DE”, lo que necesitan es ser recordadas, para poder tomar conciencia sobre su importancia.

Fue el 10 de septiembre del año 2003 cuando por primera vez se instauró este día, sin embargo todavía en la actualidad, cuesta reconocer el suicidio como una de las consecuencias fatales de la violencia de género que muchas mujeres sufren o han sufrido en sus vidas.

La relación entre suicidio y violencia de género es una realidad invisibilizada, pero no por ello inexistente y que padecen no sólo las mujeres maltratadas, sino sus hijos e hijas.

La OMS revela que uno de los factores de riesgo que tendría que abordar la prevención del suicidio en todos los países, es la actuación frente a la violencia de género.

Aunque muchos estudios, a día de hoy, sostengan que es más frecuente el suicidio en hombres que en mujeres, lo que está claro es que la prevalencia de pensamientos suicidas entre las mujeres que han sido víctimas de violencia física o sexual de una pareja es cinco veces superior a la de aquellas mujeres que no la han padecido y que sufrir violencia machista por parte de una pareja o expareja impacta en la salud mental de las mujeres constituyendo un factor precipitante de conductas suicidas, ya que muchas víctimas, atrapadas en la tela de araña de su maltratador, piensan en la muerte como única forma de escapar a su sufrimiento.

La situación de pandemia que hemos vivido y el aislamiento en casa ha incidido en la salud mental de muchas mujeres maltratadas, que al convivir 24 horas con sus maltratadores se han colocado en una situación de indefensión aprendida, reconocida por muchos expertos como una sensación, en quien la padece, de que no tiene capacidad de hacer ni cambiar nada, sintiéndose bloqueadas y aumentando sus pensamientos suicidas.

Por todos estos motivos, necesitamos que a partir de ahora, en cada 10 de septiembre se incluya un Plan de Prevención del Suicidio con enfoque de género, que atraviese toda la complejidad de este fenómeno, desde la escuela, las familias y la sociedad; y en la que la salud emocional, la petición de ayuda y la erradicación de la violencia de género sean objetivos prioritarios.

Un pequeño paso en la prevención y ayuda al suicidio en España es poder contar desde el 10 de mayo con la Línea 024, gratuita, accesible, inmediata, confidencial y atendida por personas expertas, para dar apoyo tanto a las personas que puedan tener conductas suicidas como a sus familiares y allegados, y que junto al 016 sirven de gran ayuda a todas estas mujeres que intentan sobreponerse y superar el maltrato sufrido.

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