ADAVAS informa a la población en general y a las mujeres en particular, sobre los diferentes aspectos de los delitos contra la libertad sexual, que con tanta frecuencia se producen.

Los delitos ahora agrupados en este concepto son: agresión sexual, acoso, exhibicionismo… (denominaremos en general a este conjunto agresiones sexuales). Afectan a un gran colectivo de personas formado mayoritariamente por mujeres y niñas. Con independencia de la clase social, raza o grupo de edad al que pertenecen, las mujeres y las niñas son las víctimas habituales de los agresores que, en su práctica totalidad, son hombres.

Las denuncias de estas agresiones son cada vez más frecuentes. Hasta hace pocos años la vergüenza, el miedo y la falta de información impedían a las mujeres ejercer este derecho. Las estadísticas son por ello escasas, pero reveladoras del cambio en la consideración social de estos delitos, consecuencia, a su vez, de la evolución de la situación de las mujeres.

La información que lees persigue este objetivo: contribuir a la prevención y erradicación de las agresiones sexuales.

La igualdad REAL de derechos y oportunidades entre los sexos, el respeto a las libertades de unas y otros, el desarrollo de una sociedad solidaria y más justa es un logro lejano hacia el que caminamos a pesar de la violencia que se ejerce contra las mujeres.

La información es un punto de apoyo imprescindible para avanzar. Por eso os la ofrecemos.

«El abuso de poder del hombre sobre la zona genital de la mujer es el más dramático —en el sentido teatral del término— porque requiere el cuerpo a cuerpo, y no hay desplazamiento alguno del acto agresivo que atempere su crudeza y brutalidad inmediatas.»

Victoria Sau

Los delitos contra la libertad sexual

LEY 10/2022 de 6 de septiembre. En vigor desde el 7/10/22, modificada por la LEY 4/2023 de 27 de abril, en vigor desde el 29 de abril.

DEFINICIÓN

Según la legislación vigente son delitos contra la libertad sexual los siguientes:

Agresiones sexuales a personas mayores de 16 años

Agresión sexual es cualquier ACTO QUE ATENTE contra la libertad sexual de otra persona, SIN SU CONSENTIMIENTO. «Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona».

Como agresión sexual se penalizan todo tipo de conductas sexuales: las que conllevan introducción del pene por vía anal, bucal o vaginal o de objetos o miembros corporales, y las que consisten en tocamientos de naturaleza sexual, exigiéndose la ausencia de consentimiento de la víctima.

En todo caso son Agresiones Sexuales, las siguientes conductas de contenido sexual:

  1. Cuando el autor o autores utilicen Violencia (fuerza física, consistente en golpes empujones…) o Intimidación (fenómeno psicológico consistente en infundir a la víctima temor racional y fundado de sufrir un mal inminente y grave).
  2. Cuando se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o se abuse de su situación mental.
  3. Cuando se realicen sobre personas que tengas anulada la voluntad por cualquier causa.

Agresiones Sexuales a personas menores de 16 años

El que realice actos de carácter sexual con una persona menor de dieciséis años, será castigado como responsable de agresión sexual a una persona menor

Se incluyen los actos de carácter sexual que realiza la persona menor con un tercero o sobre sí mismo a instancia del autor

Las penas se agravarán, cuando el ataque consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías.

Incurrirá igualmente en delito, el que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y la comunicación contacte con una persona menor de dieciséis años y le proponga concertar un encuentro con la misma a fin de cometer los delitos anteriormente descritos, siempre que tal propuesta se acompañe de actos materiales encaminados al acercamiento, o realice actos dirigidos a embaucarla para que le facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca una persona menor.

Igualmente se penaliza a quien con fines sexuales haga presenciar a una persona menor de 16 años, actos sexuales o delitos contra la libertad sexual.

Acoso sexual

Comete este delito el que solicite favores de naturaleza sexual para sí o para un tercero, en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, siempre que con tal comportamiento provoque en la víctima una situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante.

La pena será superior si, para cometer el delito, el culpable se aprovecha de una situación de superioridad laboral, docente o jerárquica o lo hace con el anuncio expreso o tácito de causar a la víctima un mal relacionado con las legítimas expectativas que ésta puede tener en el ámbito de esta relación.

Igualmente, la pena se incrementa si la víctima es una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o situación o cuando la conducta sexual se cometa en centros de protección, internamiento, custodia o acogida.

Exhibicionismo y provocación sexual

Se castiga la conducta de exhibición obscena ante menores de edad e incapaces, así como la difusión, venta o exhibición de material pornográfico entre dichos menores o incapaces. Igualmente, en virtud de la Ley 15/2003 se persigue también la pura y simple posesión de material pornográfico de menores.

Prostitución y explotación sexual

Se castigan las conductas de quienes induzcan, promuevan, favorezcan o faciliten la prostitución de menores de edad o incapaces y de quienes los utilicen con fines o en espectáculos exhibicionistas o pornográficos o produzcan, vendan, distribuyan o exhiban material pornográfico en cuya elaboración hayan sido utilizados/as menores de edad o incapaces.

También se castiga a quien determine a persona mayor de edad a ejercer o mantenerse en la prostitución, mediante el uso de violencia, intimidación o engaño o abusando de una situación de superioridad, necesidad o vulnerabilidad de la víctima.

También se castiga a quien se lucre explotando la prostitución de otra persona, aun con el consentimiento de la misma.

Revelación de secretos o sexting

Incurre en delito quien sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceras personas imágenes o grabaciones audiovisuales de aquella persona obtenidas con su consentimiento, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona.

Igualmente se penaliza a quien reciba esas imágenes o grabaciones audiovisuales y las difunda, revele o ceda a terceras personas sin el consentimiento de la persona afectada.

POR QUÉ DEBES DENUNCIAR

Los delitos contra la libertad sexual (agresión sexual y acoso sexual), son delitos semipúblicos o, lo que es lo mismo, semiprivados, lo cual significa que para perseguirlos judicialmente, es imprescindible interponer denuncia en las Comisarías de la Policía, Cuarteles de la Guardia Civil o Juzgados de Guardia.

Cuando la víctima sea menor de edad, incapaz o una persona desvalida, bastará la denuncia del Ministerio Fiscal.

La denuncia es un derecho y un deber que tienes que ejercer.

Denunciando a tu agresor te proteges y evitas que cometa otros delitos contra ti misma u otras personas, ya que el agresor es castigado, o al menos, sabe que su conducta es delictiva.

Denunciar una agresión sexual es un paso importante para superar la mala experiencia vivida.

En todo caso, si  tras una agresión sexual no tienes decidido denunciar con carácter inmediato, conviene que acudas a un centro sanitario para la recogida de muestras biológicas y otras evidencias a efectos de que no se pierdan pruebas del delito, sin perjuicio de denunciar o no, con posterioridad a la realización del examen médico sanitario.  

Si a pesar de todo no quieres denunciar o hace tiempo que sufriste una agresión sexual y no lo has superado, ponte en contacto con ADAVAS. Tfno. 24 horas: 987 230 062. Te ayudaremos.

QUIÉN PUEDE DENUNCIAR

La denuncia debe hacerse por la persona agredida si ésta es mayor de edad.

Si se trata de menores o incapaces, la denuncia se efectuará por:

  • El/la representante legal.
  • El/la fiscal.

HASTA CUÁNDO PUEDES DENUNCIAR

Aunque la denuncia conviene formularla cuanto antes, en todo caso, y a fin de evitar la extinción de la responsabilidad criminal de los autores de estos delitos, hay que efectuarla dentro de unos plazos máximos que, dependiendo de la gravedad de la pena, en algunos de los delitos reseñados no puede ser superior a tres años, contados desde el día en que se cometieron los hechos.

Pero si la víctima es menor de 18 años, el cómputo del plazo no se iniciará el día en que se cometieron los hechos, sino que comenzará el día en el que el/la menor cumple 35 años de edad.

CÓMO SE PRUEBAN ESTOS DELITOS

Los delitos contra la libertad sexual se producen en la clandestinidad, buscada a propósito por el agresor. A pesar de ello, no dejes de denunciar, aun cuando creas que no tienes pruebas, pues conviene recordar que el testimonio de la víctima, conjuntamente con la valoración de las circunstancias en que se producen los hechos, puede ser prueba suficiente para anular la presunción de inocencia del agresor.

Qué debes hacer si eres víctima  de una agresión sexual

DURANTE LA AGRESIÓN

Una agresión sexual puede suponer una situación límite para la persona agredida, a quien no se le puede

pedir que sepa cómo actuar, y además, que lo haga eficazmente.

Hay ocasiones en que la sorpresa, conjugada con el miedo, puede producir un efecto de bloqueo que impida cualquier acción por parte de la víctima. Es preciso saber que esto puede ocurrir, para evitar que en el futuro la víctima se reproche no haber sabido actuar contra el agresor.

A modo de orientación, en el caso de que sufras una agresión sexual, te recomendamos:

  • Intenta mantener la calma. Con ello evitarás poner más nervioso aún al agresor, a la vez que aumentará tu capacidad para retener de él mayor información. Es importante fijarse en los rasgos de la cara, cicatrices, tatuajes o cualquier otra cosa que te llame la atención, tanto del agresor como del lugar en el que te encuentres (es necesario facilitar la máxima información posible en el momento de poner la denuncia).
  • Evita los insultos y las súplicas: hablar como método disuasorio no suele dar resultado.
  • Gritar o huir son otras alternativas, pero antes de llevarlas a cabo, valora si la situación en la que te encuentras ofrece alguna posibilidad REAL de éxito. Si fallas, la violencia quizás se dispare.
  • Defenderse puede ser otra opción sólo si es un único agresor y no va armado. Lucha entonces con todas tus energías aunque primero tengas que fingir pasividad.

DESPUÉS DE LA AGRESIÓN

Aunque tu primera intención sea lavarte o ponerte ropa limpia, para borrar de alguna manera la experiencia que acabas de sufrir, no te laves ni te cambies de ropa, pues puede tener restos de semen, sangre o pelos… o, la ropa sucia o rasgada; todo esto servirá posteriormente como prueba en el juicio. Si el agresor es un desconocido, estos indicios pueden ayudar a su identificación.

Puedes sentirte aturdida o confusa después de haber sufrido la agresión sexual, por eso quizás te tranquilice la compañía de una persona en quien confíes.

Acude al centro de salud u hospital más próximo

El personal sanitario te realizará un reconocimiento general, una exploración ginecológica, valorará tu estado emocional y tomará muestras de sangre, saliva, exudado vaginal, semen (si ha habido eyaculación)…, para su posterior análisis.

Cubrirán un parte de lesiones en el que debe constar: situación psicológica en que te encuentras, tipo de agresión, traumatismos, heridas, contusiones observadas. Deberán entregarte una  copia del parte para que lo presentes al hacer la denuncia.

Como medida preventiva, si hay riesgo de embarazo, el/la ginecólogo/a te informará del tratamiento oportuno para evitar una posible gestación.

Deberán informarte de las posibles y posteriores revisiones y del lugar en que se llevarán a cabo, ya sea el hospital o centro de salud que te corresponda.

Si con posterioridad a la agresión, aparecieran nuevas secuelas, deberás acudir nuevamente al hospital o centro de salud, para tratamiento y constancia de las mismas.

Vete a denunciar a la comisaría o cuartel  de la Guardia Civil más próximo

Responde despacio a las preguntas que te van a hacer, para que todos los hechos sean recogidos con claridad y de forma adecuada en la denuncia.

Cuenta todo tipo de detalles, pensamientos, sentimientos, es decir, amplía el relato, no te limites al hecho concreto.

Por las necesidades de la investigación, la persona que recoge la denuncia está obligada a hacerte una serie de preguntas y alguna puede molestarte; la persona que te interroga debe explicarte el motivo de esas preguntas y por qué es necesario responder.

No permitas comentarios o juicios fuera de tono que nada tienen que ver con lo investigado.

Ponte en contacto con ADAVAS

Tfno. 24 horas: 987 230 062. Te ofrece información y asistencia psicológica y jurídica gratuitas.

Cómo afecta psicológicamente  una agresión sexual

Las secuelas psicológicas producidas por las agresiones sexuales no son las mismas en todas las víctimas, ya que dependerán de una serie de variables, como por ejemplo:

  • Edad de la víctima.
  • Factores personales y psicológicos de la víctima.
  • Momento de la vida en el que se encuentra.
  • Características de la agresión (duración, número de agresores, grado de conocimiento víctima-agresor…).
  • Apoyo social recibido tras la agresión sexual (es importantísimo porque modera las secuelas además de facilitar su recuperación).

Las alteraciones psicológicas que aparecen tras una agresión sexual no siempre se convierten en secuelas perdurables, aunque un 75% de las víctimas las presentan.

Los síntomas más frecuentes en los dos o tres primeros meses posteriores al delito son:

  • Pensamientos obsesivos en relación con la agresión (pesadillas, pensamientos recurrentes…).
  • Ansiedad generalizada.
  • Sentimientos de autorrecriminación.
  • Disminución del deseo sexual y otras disfunciones sexuales.
  • Síntomas psicofisiológicos (trastornos del apetito, vómitos, náuseas, tensión muscular, alteraciones del sueño…).

A medio y largo plazo algunos de estos síntomas como la ansiedad, las fobias, los pensamientos obsesivos o las disfunciones sexuales, pueden permanecer y pueden aparecer nuevos síntomas como la depresión.

En general la calidad de vida de la víctima se ve afectada, ya que alguno de los trastornos psicológicos no desaparece de manera espontánea, pudiendo perdurar mucho tiempo después. Por todo ello, es aconsejable acudir a un/a profesional en cuanto aparezcan los primeros síntomas, pues este tipo de experiencias se pueden superar, y las víctimas pueden recuperar un adecuado nivel de funcionamiento psíquico, social, laboral y sexual.

Se debe rechazar la idea errónea de que una persona, víctima de un delito contra la libertad sexual, permanecerá traumatizada para el resto de su vida. La realidad no es esa; este tipo de experiencias se pueden superar, y las víctimas recuperan un adecuado nivel de funcionamiento psíquico, social, laboral y sexual.

Cuál ha de ser la actitud  ante una víctima

La respuesta del entorno de la víctima (amigas/os, compañeras/os, familiares, pareja, conocidas/os…), tiene especial importancia, ya que una actitud adecuada hacia ella facilitará enormemente su recuperación.

Tanto si te busca y te pide ayuda, como si sencillamente tienes algún tipo de relación con ella, recuerda:

  • Mantén la calma y aborda el tema con serenidad.
  • Escucha con atención e interés lo ocurrido.
  • Muestra comprensión, brindando tu ayuda para lo que necesite.
  • Asegúrale que no es culpa suya. No hay excusa válida para atropellar la dignidad de una persona.
  • Busca soluciones a los problemas más inmediatos.
  • Anima y apoya para que lo antes posible reinicie su vida habitual.
  • Respeta su privacidad, tiene derecho a ella.

No muestres una actitud morbosa, interesándote por detalles del suceso que la víctima prefiere no comentar.

  • No te comportes con ella como si fuera un «bicho raro».
  • No quites importancia al hecho. Para la persona agredida, al menos en las primeras semanas, su agresión pasa a ser el centro de su vida.
  • No juzgues su comportamiento culpabilizándola con preguntas referidas a lo que pudo haber hecho o hizo antes, durante o después de la agresión. La víctima nunca es responsable de su agresión.
  • No adoptes una actitud sobreprotectora que limite su capacidad de decisión, o que se traduzca en un exceso de consejos no pedidos por ella. Tampoco pretendas compensarla por lo ocurrido colmándola de atenciones y privilegios. La víctima desea ser tratada de igual forma que antes de suceder la agresión.

    Por qué se producen  las agresiones sexuales

    DOMINACIÓN SEXUAL

    La dominación sexual requiere la aceptación de mitos, según los cuales, la sexualidad femenina solo existe, o

    debería existir, como complemento de la sexualidad masculina.

    Cuando los mitos pierden fuerza, el desamor, la violencia y la presión social (leyes, tradiciones, hábitos…), son utilizados para reducir a las mujeres a meras comparsas de los intereses masculinos. Así se ha llegado a considerar «normal» que la sexualidad de las mujeres y su cuerpo como fuente de placer estén más al servicio de otros que de ellas mismas.

    MODELO SEXUAL

    El modelo sexual sigue siendo el masculino. Hecho a la medida de lo que los hombres suelen pensar de sí mismos, del placer y de las mujeres como instrumentos de placer. Éstas han de ser colaboradoras eficaces por gusto, por dinero o por fuerza. En este modelo de relación sexual, la imposición y la violencia se usan con frecuencia. Por eso muchos agresores piensan que no lo son, ya que consideran lícito y normal forzar la voluntad de las mujeres para que se plieguen a sus deseos.

    Caso extremo de violencia sexual, por sus dimensiones y la repercusión en la salud de la mujer, es la mutilación que sufren seis mil niñas cada día en el mundo. Sus órganos sexuales externos son reducidos o eliminados; convertidos en cicatrices dolorosas en torno a un orificio. Una forma tajante de lograr que las mujeres se ajusten al modelo sexual masculino, convirtiéndose en objetos sexuales penetrables, sufrientes y reproductores.

    LA MUJER DESPOSEÍDA

    La mujer que «si no es de un hombre es de todos» puede ser protegida por sus hombres queridos o próximos, también puede ser agredida por ellos. Con protección o sin ella, puede ser presa de otros hombres, cazadores furtivos. La violación en masa se convierte en un arma de guerra o represión, proporcionando a los agresores una doble satisfacción: el placer sexual satisfecho sin cortapisas, con el componente adicional del máximo de violencia contra las mujeres, y el placer de herir al vencido, robando o destruyendo una de sus posesiones, la que más le duele.

    Ni en la guerra ni en la paz se quiere que las mujeres sean dueñas de sí mismas.

    ODIO, RABIA

    La mujer que pretende pertenecerse a sí misma, ni a uno ni a todos, y relacionarse libremente con las personas, no es muy querida.

    Con frecuencia las mujeres reciben «amor-sexo-afecto», y a cambio dan todo esto, además de servicios domésticos y fidelidad perruna. Cuando no aceptan las mujeres intercambio tan desigual, hay hombres que sienten odio, rabia, deseos de humillar a quien, en el ejercicio de su libertad, cohíbe la satisfacción de sus deseos. Entonces, si gozan de oportunidad, agreden sin remordimientos; es más, insuflados de espíritu justiciero, se vengan de la falta de reconocimiento de sus privilegios masculinos y con el ánimo de poner a las mujeres «en su sitio».

    SITUACIÓN SOCIAL

    El sitio de las mujeres es el servicio a los hombres, y deberían estar satisfechas de ello, correspondiéndoles nutrir las capas de población más empobrecidas, siendo el sector con menos oportunidades laborales y el menos representado en las cúpulas de poder y organización social. Es también el sector sobre el que recaen mayoritariamente las tareas de asistencia social (familiar) no retribuida. Esta realidad, fácil de documentar, se cubre de humo con los mensajes triunfalistas que desprestigian la lucha de las mujeres, pretendiendo que todo se ha conseguido en materia de igualdad de derechos y oportunidades, en la ley y en la práctica.

    Causas de las agresiones sexuales son, en suma, todas las actitudes que alimentan la desigualdad de derechos y libertades entre mujeres y hombres. Este sistema de desigualdad, el patriarcado, se sirve de las agresiones sexuales para RECORDAR a las mujeres cuán vulnerables y subordinadas pueden llegar a ser, a pesar de sus logros profesionales, culturales, económicos o de reconocimiento social.

    CASTIGO

    Las agresiones sexuales son un castigo. Para unas cuantas mujeres, directamente por medio de la agresión; para las demás, a través del miedo a las agresiones que coarta sus movimientos y su libertad. Un castigo ejemplar para que ninguna olvide la conveniencia de observar los límites que pretenden imponer a su libertad.

    PODER

    Por último las agresiones sexuales son una cuestión de PODER. Arremete quien puede y está impulsado hacia ello. En un sistema patriarcal, ejercer cierta dosis de poder sobre otras personas es una necesidad para cualquier «varón». Afortunadamente, cada vez más hombres escapan a este arquetipo del macho dominante, para ser hombres. Igualmente las mujeres llevan siglos intentando poder SER en lugar de pasar su vida dando consistencia al modelo de hembra-femenina.

    Pero hay hombres poco dispuestos a evolucionar, que sólo ven satisfecha su vanidad y orgullo de machos prepotentes avasallando a mujeres (o a niñas/os u hombres, en situación de desprotección).

    Y otros hombres se encuentran tan poco satisfechos con su propia mediocridad que basan su valía en el poder que les otorga el simple hecho de haber nacido machos en una sociedad patriarcal. Por eso necesitan herir, desposeer a las mujeres por envidia, o para demostrarse a sí mismos que, pese a su escasa calidad o su mala suerte, aún son capaces de ejercer el poder sobre alguien.

    Si estas son, entre otras, causas probables de las agresiones sexuales, deducimos que una forma de prevenirlas es luchar contra el machismo, manifestación de la desigualdad entre los sexos, para conseguir una sociedad más sana y placentera, basada en una relación entre las personas, menos deteriorada, más rica, más libre.

    La educación no sexista (en los hogares y en los centros de enseñanza) sería para ello un instrumento fundamental.

    Vocabulario

    CIBERACOSO

    Amenazas, hostigamiento, humillación u otro tipo de molestias realizadas por una persona adulta contra otro persona adulta por medio de tecnologías telemáticas de comunicación, es decir: Internet, telefonía móvil, videoconsolas online, etc.

    Si empleamos la definición en sentido amplio, podemos diferenciar los siguientes tipos:

    • Ciberacoso sexual: Acoso entre adultos con finalidad sexual.
    • Ciberbullying (ciberabuso, cibermatonaje, cibermatoneo): Acoso entre menores.

    GROOMING

    Es la manera en la que personas adultas engañan a menores, simulando empatía y cariño, buscando su confianza para conseguir algún tipo de concesión sexual, se trata de una tipología de abuso sexual en la infancia.

    CEBO (LURING)

    Artimañas de los pedófilos a través de internet para atraer a niños/as a encuentros fuera de la Red.

    SEXTING

    Envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, mediante el móvil o a través de redes sociales a otras personas.

    SEXTORSIÓN

    Es una forma de explotación sexual en la cual se chantajea a una persona por medio de una imagen de sí misma desnuda que ha compartido a través de Internet mediante sexting. La víctima es posteriormente coaccionada para tener relaciones sexuales con el chantajista, para producir pornografía u otras acciones.

    La sextorsión puede ser:

    • A menores de edad o a personas adultas.
    • Por medio de imágenes obtenidas mediante cámaras de la web, correo electrónico, mensajería instantánea, teléfonos u otros dispositivos móviles: es decir, por todos los medios que sirven para realizar sexting.
    • Por medio de imágenes obtenidas en el contexto de una relación sentimental.
    • Con objeto de un abuso sexual, una explotación pornográfica para uso privado, para redes pedófilas o comercial, una extorsión económica o cualquier otro tipo de coacción.
    • Puntual o continuada.
    • Realizada por conocidos, ex-amantes o personas desconocidas.

    HAPPY SLAPPING (BOFETADA FELIZ)

    Define la violencia que consiste en la grabación de una agresión, física, verbal o sexual hacia una persona, que se difunde posteriormente mediante las tecnologías de comunicación. La agresión puede ser publicada en una página web, una red social, una conversación a través del teléfono móvil (Whatsapp, Telegram…).

    EXPOSICIÓN INVOLUNTARIA A MATERIAL SEXUAL  Y/O VIOLENTO

    Hoy en día muchísimos niñas, niños y adolescentes tienen acceso ilimitado a la red. Al usar internet, realizar búsquedas o descargar archivos en principio completamente inocentes, se encuentran con material de escenas sexuales o violentas. En nuestro país uno de cada dos menores de edad recibe este contenido de forma totalmente involuntaria.

    También es posible que el contenido sea enviado a la niña o niño por una persona desconocida, familiar, amigo o amiga, bien mediante un chat de conversación, o que utilice algún dispositivo para obligarle a mirar. En este caso, estaríamos ante una forma de exposición que denominamos exhibicionismo.

     

    Bibliografía sobre violencia sexual

    General

    LA VIOLACIÓN: HABLAN LAS MUJERES. Jane Dowdeswell. Ed. Grijalbo, 1987.

    EL ACOSO SEXUAL EN LA VIDA COTIDIANA. Sue Wise. Ed. Paidós, 1992.

    LA DIGNIDAD QUEBRADA. Las raíces del acoso sexual en el trabajo. Begoña Pernas y otras. Ed. Los Libros de la Catarata, 2000. Aspectos forenses

    AGRESIÓN A LA MUJER – MALTRATO, VIOLACIÓN Y ACOSO. Miguel Lorente Acosta. Ed. Comares, 1998.

    MANUAL DE ATENCIÓN Y VALORACIÓN PERICIAL EN VIOLENCIA SEXUAL. Guía de buenas prácticas. Jorge Gonzáles Fernández (coord.). Editorial Bosch 2018.

    Aspectos psicológicos

    EL AGRESOR SEXUAL Y LA VÍCTIMA. Miguel Ángel Soria Verde. Ed. Boixareu, 1994.

    INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN VÍCTIMAS DE VIOLACIÓN. Salvador Alario Bataller. Ed. Promolibro, 1993.

    TERAPIA DEL ABUSO SEXUAL. M. Durrant. Ed. Gedisa, 1993.

    EL CORAJE DE SANAR (Guía para mujeres supervivientes de abusos sexuales). Ellen Bass. Ed. Urano, 1995.

    SEXO, AMOR Y VIOLENCIA. ESTRATEGIAS DE TRANSFORMACIÓN. Cloe Madanes. Ed. Paidós, 1993.

    METODOS PSICOLÓGICOS EN LA INVESTIGACIÓN Y PRUEBAS CRIMINALES. David Raskin. Ed. Desclée de Brouwer, 1994.

    Menores

    ABUSOS SEXUALES A MENORES. Lo que recuerdan de mayores. Félix López Sánchez. Ed. Ministerio de Asuntos Sociales, 1994.

    A PLENA LUZ. ABUSOS SEXUALES EN LA INFANCIA. Ouainé Bain. Ed. Lóguez, 1996.

    ABUSO SEXUAL EN LAS MEJORES FAMILIAS. Irene V. Intebi. Ed. Granica, 1998.

    AGRESIÓN SEXUAL – EVOLUCIÓN Y TRATAMIENTO EN MENORES.

    Blanca Vázquez. Ed. Siglo XXI, 1995.

    PREVENCIÓN DE LOS ABUSOS SEXUALES DE MENORES Y EDUCACIÓN SEXUAL. Félix López. Ed. Amarú, 1995.

    PREVENCIÓN DE ABUSOS SEXUALES A MENORES. Amaya del

    Campo. Ed. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1998.

    MALOS TRATOS Y ABUSO SEXUAL INFANTIL. José Cantón. Ed. Siglo XXI, 1996.

    QUÉ HACEMOS MAL CON NUESTROS HIJOS. EL DRAMA DEL MENOR EN ESPAÑA. Pepe Rodríguez. Ediciones B, 1993.

    VIOLENCIA CONTRA NIÑOS. José Sanmartín. Ed. Ariel, 1999.

    ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA: VÍCTIMAS Y AGRESORES. UN ENFOQUE CLÍNICO. Enrique Echeburúa, Cristina Guerricaechevarría. Ed. Ariel, 2000.

    Para niñ@s

    DIGO SÍ, DIGO NO. CAVAS – Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas de Madrid, 1997.

    NI UN BESITO A LA FUERZA. Marion Mebes. Ed. Maite Canal, 1994.

    EL SECRETO DE ANA. Meritxell Margarit. Ed. PAU, 1998.

    LA MANO DE KIKO cuenta también con un video y una guía para educadores/as y padres y madres. Más información: La Regla de Kiko (https://ecpat-spain.org/campana-1-de-cada-5/1-decada-5-materiales-recursos/).

    TIENES UN SECRETO. Jennifer Moore-Mallinos. Ed. Edebé.

    OJOS VERDES (De 6 a 12 años). Sara Arteaga Gomar y Luisa Fernanda Yágüez Ariza. CEAPA (descargable pdf).

    ESTELA GRITA FUERTE (a partir de 6 años) I. Olid y M. Vanda. Ed. Fineo Infantil.

    MARTA DICE ¡NO! (a partir de 4-5 años). Cornelia Franz (autor), Stefanie Schamberg (ilustradora). Ed. Takatuka, 2009.

    Las agresiones a través de la Historia

    CONTRA NUESTRA VOLUNTAD. Susan Brownmiller. Ed. Planeta,

    1981.

    LA CIUDAD DE LAS PASIONES TERRIBLES. NARRACIONES SOBRE EL PELIGRO SEXUAL EN EL LONDRES VICTORIANO. Judith R. Walkowitz. Ed. Cátedra, 1995.

    EL INSTINTO DIABÓLICO. AGRESIONES SEXUALES EN LA CASTILLA MEDIEVAL. Ricardo Córdoba de la Llave. Ed. Universidad de Córdoba, 1994.

    HISTORIA DE LA VIOLACIÓN. Siglos XVI-XX. Georges Vigarello.

    Ed. Cátedra, 1999.

    NUESTROS CUERPOS, SUS BATALLAS. Lo que la guerra hace a las mujeres. Christina Lamb. Ed. Principal, 2021.

    Causas de las agresiones

    LA VIOLACIÓN. Marie Odile Fargier. Ed. Noguer  1977.

    CHICOS SON, HOMBRES SERÁN: ¿CÓMO ROMPER LOS LAZOS ENTRE MASCULINIDAD Y VIOLENCIA? Myriam Miezdan. Ed. Horas y Horas, 1995.

    VIOLENCIA MASCULINA. Cloe Madames. Ed. Juan Granica, 1997.

    EL SEXO DE LA VIOLENCIA. Varios/as autores/as. Ed. Icaria-Antrazyt, 1998.

    LA VIOLENCIA Y SUS CLAVES. José Sanmartín. Ed. Ariel, 2000.

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