Lourdes

Lourdes: El dolor tiene muchas caras

Su labor en Adavas va desde atender esporádicamente el teléfono a realizar apoyos puntuales en los talleres de Adavas como el Laberinto de la Igualdad, que se lleva por los colegios de León. Ha tenido contacto con casos sangrantes como una mujer que estaba encerrada en una habitación por su marido y su hijo y consiguió llamar a la asociación tras un descuido de sus ‘carceleros’, que dejaron la puerta abierta al salir a la compra. O una madre que acudió en busca de ayuda para su hija, cuyo novio le obligaba a llevar dos teléfonos móviles por si se le acababa la batería de uno para controlarla. Una mujer cuyo marido la esperaba en el portal para pegarla… Casos de acoso por Internet a adolescentes y un montón de dramas.

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