agresion sexual edad media

Las agresiones sexuales en la Edad Media

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En esta época de guerras, pestes, hambrunas, etc…., muchos de los personajes legendarios ilustran la exaltada conexión entre la virilidad, la posesión-conquista y las agresiones-violaciones sexuales. Por ejemplo, el renombrado guerrero mongol – Gengis Kan – consideraba la más alta misión del hombre en la vida derrotar a los enemigos, arrebatarles sus caballos y, sobre todo, adueñarse de sus mujeres.

Por otra parte, una simple reflexión sobre las normas sociales de la época medieval revela que una de las mentalidades que invariablemente brotaba de los nobles y famosos, como por ejemplo los distinguidos Caballeros de la mesa redonda del Rey Arturo, no era otra que la premisa de que siempre que encontraran a una mujer sola e indefensa, podían raptarla o violarla.

No obstante, los conceptos de violación y castigo en la antigua ley inglesa son muy contradictorios en la jurisprudencia. Antes de la conquista normanda de 1066, la pena por violación era la muerte y el desmembramiento; pero esta severidad iba exclusivamente dirigida contra el hombre que violaba a una virgen de la nobleza.

Más adelante, en el siglo XII, las fuentes nos informan que “si un hombre se arrojaba hacia una virgen contra su voluntad se enajena la gracia del Rey“, y también nos dicen que “si desvergonzadamente la desnuda y se coloca encima de ella, pierde todas las posesiones; y si yace con ella, pierde la vida y los miembros“. Pero también era posible redimir al violador, como medio benevolente de salvarlo de una muerte terrible; el Rey y la Iglesia permitían a la virgen violada aceptar en matrimonio a su violador. Para comprender este tipo de “perdón o gracia“, es necesario referirse a las características sociopolíticas de esta época:

El feudalismo se asentó en la Edad Media cuando la posesión de las tierras se transformó en un derecho hereditario. No obstante, en caso de que no hubiera descendientes masculinos y por cuestión de absoluta necesidad, las mujeres podían heredar propiedades. Pero por obvias razones económicas una heredera no podía casarse sin permiso del hombre (familiar o señor feudal) de quien dependiera, bajo pena de perder lo heredado. Debido a esta práctica y para desgracia de muchas mujeres herederas, se generalizó la hazaña de robar a una heredera, por medio del rapto y del matrimonio forzado. Así, esta estratagema se transformó en un método rutinario de adquirir propiedades, normalmente utilizado por caballeros-aventureros.

 Por ejemplo, Sidney Painter, https://en.wikipedia.org/wiki/Sidney_Painter en su historia de la Edad Media, nos informa de un caso en el cual una joven heredera fue raptada, conducida a la casa de un caballero y violada por este y sus hombres: “La Corte aceptó solemnemente la declaración del caballero, según la cual se hallaba horrorizado al enterarse de que ella no había estado en su casa por su propia voluntad“. Pese a esta realidad tan terrible, la literatura medieval transformó el rapto de herederas en un tema muy romántico, lleno de citas a medianoche, doncellas leales, caballeros apuestos, etc. Será a partir del siglo XV cuando se considere como felonía el rapto de herederas.

Como se puede suponer, en esta época medieval, si un miembro del estamento feudal cometía crímenes contra personas que no fueran el Rey o un gran Señor, se encontraba bastante a salvo de un juicio o al menos de un castigo.

En el continente, la situación era aún peor para todas las mujeres. Así se aprecia claramente en la IUS PRIMAE NOCTIS, es decir, el derecho de la primera noche o costumbre de concederle al señor feudal el derecho a tomar la virginidad de la novia de cualquiera de sus vasallos o siervos. Esta práctica parece que se prolongó durante mucho tiempo en diferentes regiones de Alemania, Francia, Italia y Polonia. Era, sin lugar a dudas, una forma de violación totalmente consentida en las leyes y costumbres establecidas.

R. Carlos Fraile Lozano – Licenciado en Historia

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